Estar a bordo es como vivir una paradoja dilatada en el tiempo y en el espacio: en esa coyuntura, vivenciamos desde los sentimientos más conturbados hasta las sensaciones más serenas, a veces oscilando repetidamente entre un estado y otro. Eso es porque estar a bordo conlleva una serie de movimientos contradictorios que favorecen el desconcierto de nuestros hábitos. Por un lado nuestro cuerpo es movido sin que lo movamos; nos desplazamos sin mayor esfuerzo físico propio. Ese es el rol de la nave: llevarnos de un lugar al otro. Pero la nave es también una cápsula que nos contiene (adentro) en el afuera; sus ventanas refuerzan esa división, al mismo tiempo que permiten la conexión de los espacios interno y externo. Estar a bordo sin importar el elemento por el cual se esté moviendo, sea el aire, la tierra o el agua, extrae el cuerpo de su espacio habitual y lo suspende en un espacio atemporal, a veces proporcionando una sensación onírica. A la mente no le queda otra alternativa que rendirse a la contemplación.
Y en ese espacio dilatado que pasamos a habitar, suspendidos de nuestra cotidianeidad, comenzamos a percibir las distintas maneras en que nuestro cuerpo abarca y aborda la contemplación. Contemplando con los ojos, observamos; contemplando con la mente, reflexionamos; contemplando con el cuerpo, nos abrimos a las sensaciones; contemplando desde el miedo, que aparece en su forma menos velada cuando estamos a bordo, identificamos y refinamos el entendimiento de nuestras emociones; y contemplando la propia vivencia, percibimos la percepción. El estar a bordo es, entonces, un espacio para el tiempo que requieren las cosas que no son rutinas y obligaciones cotidianas; estar a bordo propicia consciencia. Y es ese el estado que buscamos generar con MUFF, el nuevo festival de fotografía de Montevideo, Uruguay. Crear espacios y tiempos para los procesos de creación. Los procesos son vivencias conscientes y oníricas, oscilantes y constantes, ricas y frustrantes, abiertas y cerradas, colectivas y personales… Es en los procesos de creación que tomamos decisiones continuamente, esas decisiones son las que construyen caminos que culminan en determinados tipos de imágenes/textos/investigaciones/obras, frutos de determinados tipos de percepción. Profundizar, enriquecer, complejizar, afinar la percepción, es uno de los principales objetivos de MUFF.
MUFF nació de nuestro deseo de contribuir a la creación de espacios de trabajo donde estos procesos de creación y reflexión tengan un seguimiento intensivo y personalizado. Decenas de fotógrafos e investigadores de la imagen tienen la oportunidad de trabajar conjuntamente, intercambiando ideas, experiencias, vivencias, bajo la orientación de profesionales de Latinoamérica. Además de aquellos vinculados directamente a la fotografía, MUFF abre espacios a todo público –independientemente de sus conocimientos fotográficos– para la reflexión colectiva y ciudadana. Desde el Centro de Fotografía de Montevideo comprendemos la fotografía como un campo amplio y transdisciplinario que abarca abordajes diversos con intereses que priorizan desde consideraciones artísticas hasta preocupaciones sociales, inquietudes académicas y humanitarias, estrategias de agenciamiento cultural y político, métodos de investigación histórica, etcétera.
Durante el desarrollo estructural de MUFF, tratamos de responder a las siguientes preguntas:
¿Para qué un nuevo festival de fotografía? ¿En qué se diferenciaría de otros festivales que ya cumplen la función de darle visibilidad a la producción fotográfica contemporánea en la región? ¿Cuáles son las necesidades específicas a nuestra localidad y región? ¿De qué maneras podemos colaborar desde un festival con el desarrollo de las estructuras que podrían fortalecerse en Uruguay? ¿Desde dónde organizamos un festival, para qué, para quién y con qué objetivos a corto, mediano y largo plazo?
Fuimos identificando fortalezas y debilidades, relacionando algunas áreas de particular interés con proyectos iniciados en el CdF desde sus inicios hace trece años, comprendiendo cómo la fotografía afecta el cotidiano de prácticamente todas las personas que tienen acceso a internet o teléfonos celulares y que viven en ciudades donde la imagen es simultáneamente una fuente de comunicación fundamental y un asedio visual. Luego de casi dos años de trabajo estudiando estos criterios, llegamos a la estructura que estamos inaugurando con esta primera edición de MUFF:
Un tema global, cuatro plataformas de trabajo, un eje pedagógico que acompaña todos los procesos, un blog interactivo, redes de seguimiento y foros de discusión, todo esto a lo largo de un año y medio, hasta culminar en diversas exposiciones que se realizarán en todos los espacios del CdF y otras instituciones de la ciudad, entre setiembre de 2017 y marzo de 2018. Proyectos que tomarán diversas formas además de las imágenes impresas sobre distintos soportes – desde instalaciones e intervenciones en el espacio público hasta exploraciones sensoriales y diálogos interdisciplinarios entre fotógrafos y escritores, antropólogos, historiadores, trabajadores, artistas, educadores, etcétera–. MUFF está abierto al desdoblamiento aun desconocido de cada propuesta, respetando los procesos de investigación y creación, permitiendo que la fotografía actúe como herramienta de trabajo de la manera más amplia y versátil: puede ser una herramienta de documentación, de comunicación, de expresión artística, personal; también puede ser una herramienta de investigación de procesos que no culminarán en resultados visuales y objetuales. En estos casos, la fotografía en sí quedará invisible al ojo, apenas visible en el saber del proceso de cada uno. En setiembre de 2017 inauguramos el primer trimestre de muestras de MUFF, y en noviembre realizamos la segunda instancia de inauguraciones, junto con el lanzamiento de las publicaciones que acompañarán cada plataforma de MUFF.
El tema que engloba y hace de eje conceptual de toda esta primera edición de MUFF es Vivencia. Un concepto que nortea los procesos de trabajo de cada plataforma, que rescata al participante en sus derivas más lejanas y que concentra el principal significado del festival: todas las plataformas de MUFF responden al interés de enfocarnos en los procesos de creación. Desde esta perspectiva, creamos una estructura compuesta de cuatro plataformas de trabajo, cada una pensada desde objetivos específicos. Caminos conjuntos trata de contribuir a los espacios de formación avanzada en fotografía, vinculando el hacer fotográfico con la investigación artística, visual, estética, histórica, filosófica, antropológica. En noviembre de 2017 todos los procesos de trabajo de los cuarenta participantes de Caminos conjuntos se presentarán en las formas que adquieran en cuanto propuestas expositivas en todos los espacios coordinados por el CdF: los tres pisos de la sede y las cuatro fotogalerías a cielo abierto; Barrios abre el campo de la producción fotográfica y expande el territorio de una práctica cultural hacia un espacio de articulación social: en esta plataforma la fotografía deja de ser un objeto de documentación, apreciación y estudio especializado para transformarse activamente en herramienta de trabajo para todo tipo de persona, más allá de su conocimiento fotográfico. Mirada interna ofrece un corte transversal intergeneracional de la producción fotográfica y audiovisual uruguaya, una manera de vernos desde nuestra producción y a través del ángulo propuesto por el tema de vivencia. Esta plataforma culmina en una exposición colectiva presentada en el Museo Nacional de Artes Visuales con la curaduría de nuestro curador invitado: el fotógrafo, docente y sociólogo Ricardo Antúnez. A su vez, Vivencial, la cuarta plataforma de MUFF, profundiza de manera más filosófica sobre el propio tema de esta primera edición, dándole destaque a la obra de autores latinoamericanos cuyos procesos creativos iluminan distintos aspectos de la vivencia de lo fotográfico.
Caminos conjuntos arrancó en mayo de este año, con el primer encuentro vivencial entre los cuarenta participantes de distintos países de Latinoamérica, seleccionados a partir de la convocatoria abierta que obtuvo más de cien inscriptos. Participan de Caminos conjuntos 19 fotógrafos e investigadores uruguayos y 21 de Argentina, Chile, Ecuador, Brasil y Perú. Trabajaron intensamente, junto a sus inductores, los fotógrafos Rosângela Rennó y Pio Figueiroa (BR), el fotógrafo, artista, poeta y documentalista Fredi Casco (PY) y el historiador Maurício Lissovsky (BR), todos bajo el seguimiento pedagógico del artista y educador uruguayo, Luis Camnitzer, radicado en Nueva York. La Casona Mauá, ubicada en el Bajo de Ciudad Vieja, se incorporó al primer encuentro de Caminos conjuntos, y con su apoyo pudimos organizar una enriquecedora semana de trabajo. Desde entonces, los grupos se mantienen comunicados vía Google groups y mediante tutoriales individuales con duración de una hora cada uno, siempre a fin de mes, por Skype. Los participantes envían PDF con las últimas versiones actualizadas de sus proyectos todos los meses, y en la primera semana de octubre los recibimos a todos nuevamente para el segundo encuentro intensivo, en el que buscaremos ir definiendo las propuestas finales, con el objetivo de cerrar el año con una idea bastante afinada de los proyectos que se exhibirán en 2017. Todo esto lo podrán ir acompañando en esta página web de MUFF.
Barrios comenzó en agosto con un precioso grupo de diecisiete participantes residentes en la zona de Parque Rodó. Bajo la coordinación de los activadores Nicolás Vidal y Maximiliano Sánchez, el grupo se encuentra todos los sábados en la casita cerca de la fotogalería, apoyo al proyecto de la Comisión de Vecinos del Parque Rodó. Por iniciativa propia armaron un grupo en Facebook, donde publican semanalmente imágenes y comentarios de sus encuentros; materiales adicionales, como textos literarios y académicos; fotografías de archivos personales y dibujos, entre otras joyitas. Entusiasmados con la dinámica grupal, que en cada encuentro crece en conocimientos y afectos, han demostrado su dedicación sostenida desafiando las últimas tormentas e incorporando hasta a sus hijos y ¡mascotas! El martes 6 de setiembre realizamos el primer encuentro de Barrios: Cerro, el segundo barrio que se suma a esta plataforma. Comparecieron doce inscriptos con bellísimas experiencias de vida, quienes compartieron un fuerte sentimiento de orgullo y fidelidad por su barrio, y disposición para intercambiar todas estas experiencias durante los próximos cuatro meses. Los barrios que completan esta plataforma son Peñarol, cuya convocatoria cierra la semana entrante, luego Prado y Ciudad Vieja.
Escribo estas líneas a bordo de una nave aérea, cruzando el Río de la Plata de regreso a Montevideo desde Buenos Aires, a donde fui a reunirme con una fotógrafa cuya obra será el primer destaque de la plataforma Vivencial. Es la cuarta vez que me reúno con ella y no siempre hablamos de su obra; a menudo nos damos cuenta de que para acceder a algún aspecto menos evidente de su trabajo, tenemos que circunnavegar por un universo personal o social o político, intercambiar ideas y experiencias de vida para identificar los puntos de referencia de cada una, de modo de comprender si nuestros enunciados recorren el mismo terreno. Ananké Asseff (Buenos Aires, 1971) recientemente concluyó una muestra individual en la galería Rolf, con una performance dedicada al silencio y la contemplación. Encontró en la técnica y el lenguaje fotográfico un espacio desde donde investigar de manera cada vez más profunda las complejidades del comportamiento humano. La fotografía, siempre analógica, la ha conducido hacia la exploración de otros espacios y de otras formas, donde la presencia del cuerpo propio y ajeno se hace cada vez más imprescindible. Iré compartiendo en este espacio los procesos de trabajo con Ananké hasta la inauguración de su muestra en la sede del CdF, en setiembre del año próximo.
La semana próxima volvemos con más informaciones sobre las distintas plataformas de MUFF y con anécdotas vivenciales que reflejan la riqueza y apertura de estos encuentros.