Lo que le falta a la imagen es lo que vive fuera de la fotografía.
Una escena en la que hemos estado o aún no estuvimos.
¿Cómo palpar la imagen?
¿Cómo habitarla?
Hacerla durar nuestro propio tiempo.
Empujar los límites de lo fotográfico hasta llegar al presente.
Otra vez.
Allí donde una vez se estuvo.
Aquí donde se está.
La luz tiende el puente.