En Argentina, cada 30 horas, una mujer es asesinada sólo por ser mujer. La mayoría de las víctimas son muertas a manos de sus propias parejas, de conocidos, de personas con las que contaban para construir un hogar.
El movimiento contestatario a la violencia contra las mujeres ha llegado a articularse en ambos mundos, el virtual y el real. La existencia de una marcha llamada “Ni una menos” que tiene también su ligazón en un hashtag del mismo nombre.
Las mujeres lideran las marchas por las calles, se vuelven visibles, monumentos andantes, cuerpos que son y que, a la vez, representan a las que han sido y que no volverán.