- Serafina Falagan (79) ha vivido en su casa junto al Riachuelo desde 1954. Fue la primera en hacer su casa en lo que luego se conviertió en la Villa 26, un pequeño asentamiento donde actualmente viven 350 personas. Ella sufre de enfermedades respiratorias, de estómago y de los huesos. Su hijo murió de cáncer dos años atrás. Sin embargo, la unión que siente con el lugar es muy fuerte. En pocos meses será relocalizada por el gobierno por estar en zona de emergencia ambiental. ‘Irme de la villa es como un sueño, pero también me da muchas ganas de llorar’.
- Nestor ‘Choro’ Nuñez camina por la costa del río, al lado de su casa en la Villa 21-24. Él vivió en su casa por 16 años y sus hijos tienen distintos tipos de enfermedades respiratorias. Sin embargo, Nestor no está listo para dejar su casa y el barrio, donde él tiene un fuerte sentido de comunidad. ‘Necesito quedarme en esta zona, acá tengo amigos, seguridad, toda mi vida, no puedo empezar en otro lugar ahora’.
- Rodrigo (23) nada en el Río Matanza a pocos kilómetros del nacimiento del curso de agua. En la cuenca alta, donde el río comienza, el agua se encuentra menos contaminada y la gente lo suele utilizar de forma recreativa, para bañarse o pescar.